El arte de tirar palante
Si habéis estado leyendo el blog, sabréis que hace unas seis semanas envié el manuscrito de Una Melodía de Silencio a una agencia literaria para su consideración. El veredicto del informe: la novela no está lista para ser llevada al mercado editorial.
Obviamente había una buena crítica detrás de esa conclusión, puntos claros y constructivos con los que abordar la historia. Sin embargo, da igual cómo te lo aderecen: es duro, casi doloroso. Pero también esclarecedor.
El otro día en X (sigo llamándolo Twitter en mi cabeza) un post de Autorneptunian me hizo pensar cuál es el objetivo de escribir. Mi objetivo. ¿Es para compartir historias con el mundo? ¿Para vender? ¿Por el placer de escribir...?
A pesar de que todas las anteriores son ciertas hasta cierto punto, creo que la respuesta es simple: cuando hago algo, me gusta hacerlo lo mejor que pueda, hasta que esté satisfecho con ello. Y creo que no estaré satisfecho con esta obra hasta que la vea publicada.
Y eso es por lo que voy a seguir trabajando en el manuscrito. Porque quiero poder mirar este proyecto en el futuro y decir que lo hice lo mejor que pude. Porque quiero que la historia de Tom y Eli sea tan buena como mi creatividad me lo permita.
En fin, me he acabado la pizza y me he comido el helado de chocolate. Ahora toca seguir trabajando.